lunes, 15 de junio de 2009

Tarde rota por las espadas



La buena corrida de Fernando Peña deparó en una tarde repleta de ovaciones para la terna, puesto que el mal manejo de la espada quebrantó los grandes triunfos. Una corrida muy bien presentada, con cara y cuajo, y de variado juego, en la que se atisbó el indulto del último astado, muy repetidor en la muleta y con mucha clase en su embestida. Finalmente, no llegó a ocurrir. Por su parte, Sergio Marín se deleitó con tres bellas verónicas a pies juntos y una ajustadísima media. Era el comienzo de lo que más tarde sería una gran faena. Rápido vió las condiciones del toro y con cuatro palitroques cambió de tercio. Muleta en mano se fue hacia él, y el toreo comenzó a brillar. Tandas de derechazos interminables y hondos naturales plagados de temple y despaciosidad llevaron los aplausos a los tendidos. La guinda vino a cargo de unos remates por alto, al hombro contrario, como deben ser, y otros por bajo repletos de eterna belleza. Decidió irse a por la espada, pero todavía quedaba guardada otra tanda de muletazos. Tras ella, cuadró al toro, alzó la espada y... ¡maldita sea!, pinchó. Los máximos trofeos se desplomaron con esa espada, pero el recuerdo no, el toreo entregado no se olvida.
Con su primero, la faena no llegó a alzar el vuelo. Su lote se vió compensado con un toro muy flojo de fuerzas, al que las cosas que se le hacía apenas tenían trascendecia ni transmisión.

Toros de Fernando Peña para:
·Víctor Janeiro: ovación y ovación.
·Javier Valverde: ovación y ovación.
·Sergio Marín: ovación y ovación.

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